lunes, 28 de septiembre de 2009

La Tierra es Nuestra


El proceso de concentración de la tierra en nuestro país es tan antiguo como nuestra propia historia, pero vemos preocupados, como en los últimos años, de la mano de las políticas neoliberales, se ha incrementado obscenamente, haciendo que el futuro de nuestras comunidades se presienta cada vez más sombrío.
En un país de 4 millones de kilómetros cuadrados, millones de hermanos no tienen la posibilidad de acceder a una porción de territorio que les permita crear su futuro y el de sus hijos.

El acceso a la tierra es, además de un derecho legítimo de todos, la única posibilidad de crear una economía sustentable que permita alimentar a nuestra población protegiendo la integridad de la naturaleza que nos rodea. El escándalo de tener niños desnutridos que mueren todos los días en un país que produce alimentos para 300 millones, no puede pasarnos inadvertido sin sacudir nuestras conciencias hasta hacernos reaccionar.

La desvergüenza con que los gobiernos de turno han entregado nuestros recursos naturales, hidrocarburos, minerales, recursos pesqueros, centrales de energía, etc, llega a un abyecto apogeo en la transferencia escandalosa de gigantes extensiones de nuestro territorio a empresas o individuos, muchas veces millonarios extranjeros, que con la complicidad inmoral de inmobiliarias, Intendentes, Concejales y Gobernadores van absorbiendo sectores cada vez más grandes de nuestro país y nos van arrinconando como okupas en nuestra propia tierra.

En su soberbia desmedida y comprando conciencias prostituidas estos nuevos patrones transforman al país en su propia estancia, la destrucción planificada del Estado en los últimos años hace que muchos compatriotas los reciban como la única solución a la desinversión crónica en infraestructura que nos dejaron tantos años de “planes económicos”.

El caso del magnate ingles-estadounidense Joe Lewis, con domicilio en las Bahamas, que ha hecho gran parte de su fortuna, especulando con las monedas y bonos de países del tercer mundo, logrando gigantescas ganancias repentinas, en golpes económicos que siempre terminan pagando los pueblos, es paradigmático.

En una maquiavélica operación orquestada por la inmobiliaria Van Dittmar, especialista en torcer la ley a favor del que puede pagar, compra tierras fiscales y otras de dudoso origen en manos de pobladores de la zona de Lago Escondido, anexa otros territorios aledaños reservados para conservación y deja al Lago Escondido secuestrado dentro de su nuevo feudo en franca ilegalidad con lo que dispone la Constitución provincial de Río Negro en su artículo 73, que “asegura el libre acceso con fines recreativos a las riberas, costas de los ríos, mares y espejos de agua de dominio público”.

El Intendente de Bolsón, Oscar Romera, tristemente célebre por querer resolver a las trompadas las preguntas incómodas del notero de CQC sobre el incendio intencional de la Radio Activa de Bolsón, se ha constituido en el mejor mayordomo del millonario, muchas situaciones nos hacen sospechar, la donación interesada de equipamiento obsoleto para el hospital, el proyecto de mudanza del aeródromo de Bolsón con el fabuloso negocio que se generaría por la venta de las tierras desocupadas, así como el proyecto de transformar a la empresa Lago Escondido en proveedora de electricidad, construyendo una represa sobre el Río Escondido (patrimonio público), la posibilidad según estatuto de esta misma empresa de realizar explotaciones de hidrocarburos y minería en su propiedad, o la instalación de una conexión de comunicaciones que atraviese la cordillera comunicando desde Chile directo a EEUU sin pasar por control Argentino así como la construcción de un sospechoso aeropuerto sobre la costa atlántica sin control de radar de nuestro país, entre tantos otros casos muestran el camino de cómo las dádivas del poderoso, los negociados, y los siempre disponibles entregadores locales crean el caldo de cultivo de pasadas, presentes y futuras pérdidas de nuestra soberanía.
Este mismo Intendente asociado a los oscuros representantes locales de Hidden Lake, han organizado agresiones a los que se manifiestan en contra de la entrega de lo público, el Bolsón se ha movilizado y les ha dicho basta, la violencia como método de acción no es algo que estén, los pobladores, dispuestos a soportar.

Debemos reaccionar, debemos exigir la devolución de lo que es nuestro, debemos exigir a nuestros representantes que trabajen para preservar el patrimonio de todos. Debemos exigir que el Estado Nacional asuma su responsabilidad y ocupe su lugar.

Nuestros recursos son nuestros, nuestro territorio es nuestro, nuestras costas son nuestras. Es solamente en el fortalecimiento de lo colectivo en donde podemos soñar un futuro mejor para nuestros hijos.

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