sábado, 28 de noviembre de 2009

29 de Noviembre - Acto por Costas Libres, Contra la Concentración y Extranjerización de la Tierra


Desde el origen somos pueblo ocupado, territorio usurpado. Bien lo saben nuestros hermanos de los pueblos originarios que lo sufren desde hace 500 años. Siempre fuimos promesa, desde siempre, nos prometieron el futuro mientras nos robaban el presente.
Unas pocas familias de fortunas ilegitimas se repartieron inmoralmente las tierras robadas al dueño original, creando así las bases de la pobreza de la gente y dando origen a una oligarquía que hasta hoy vive del esfuerzo ajeno.

Vivimos en un territorio que no es nuestro, nos engañan día a día para que asumamos los costos de una realidad que nunca elegimos. Bajamos la cabeza, seguimos, construimos, soportamos, levantamos eternamente los muros de un país que otros disfrutan.

Millones son los que se despiertan cada mañana y enfrentan su jornada, y aportan su parte, y vuelven cansados a su miseria, y ven a los ojos a sus hijos, y sienten el desgarro de saber que, terriblemente, la vida de ellos será peor, y siguen, tal vez no comprenden por qué, pero sienten un nudo en el estomago, profundo, doloroso, como dolorosa fue nuestra historia, no la que nos contaron, la verdadera.
La tierra es nuestra madre, es generosa y fecunda, pero este sistema que nos venden diariamente y que lamentablemente compramos, la ha convertido en una madre herida, usurpada, violada, esclavizada siempre al servicio del más poderoso.
Este sistema es autodestructivo, se come así mismo, no nos queda mucho tiempo para entenderlo y cambiar.

Somos una contradictoria amalgama de culturas, razas, creencias y realidades, pueblos originarios, pueblos venidos, pueblos oprimidos, la tierra nos une, somos la tierra, debemos rescatarla desde lo colectivo. La tierra es lo único que puede generar un “nosotros” que no deje a ningún hermano rezagado, que nos incluya a todos.

Debemos tomar las riendas de nuestro futuro, nadie lo va a hacer por nosotros, hemos comprobado tristemente que la mayoría de nuestros representantes, a los que les pagamos el sueldo, terminan vendiendo su conciencia al poderoso, si es extranjero y millonarios más rápido. Estos representantes trabajan a destajo para entregar lo nuestro, para torcer la ley a favor del que puede pagar. Más del 10% de nuestro territorio está en manos de extranjeros, más del 60% está en manos de pocos millonarios que ponen y sacan gobiernos, compran medios, imponen planes económicos cuyos muertos siempre son del pueblo.

El acceso a las costas del Lago Escondido es un símbolo, no lo subestimemos, es una ventana al futuro, si permitimos que un millonario, de una potencia extranjera, que ocupa por la fuerza de sus armas parte de nuestro territorio, se apropie ilegalmente de un Lago que es de todos, cualquier cosa será posible, habremos perdido definitivamente la posibilidad de retomar la determinación de nuestro destino.

Hoy festejamos que esta vez, raramente, la Justicia no estuvo del lado del poderoso, este cartel, que hoy inauguramos, nos informa que desde aquí nace el camino al Lago Escondido, pero también nos cuenta que empieza a darse vuelta la taba, que una nueva actitud está naciendo en nosotros y que tiene que ver con la fuerza de la unión. Un simple cartel de chapa que anuncia y denuncia, que grita, que luchando, todo lo que nos robaron, lo nuestro, al final, puede ser recuperado.

El control de nuestros recursos, la redistribución social de la tierra, pero sobre todo la evolución de nuestras conciencias hacia una idea colectiva de ciudadanía, consciente, y dueña de su destino, son los requisitos mínimos para construir un país que ya no nos de vergüenza legarle a nuestros hijos. Esta conciencia social, todavía embrionaria, debe generar una nueva visión de lo público para que sea comunitario, para que nos incluya y nos haga sentir protagonistas.

Ni un milímetro de territorio más debe ser entregado, no tengamos miedo de pedirle cuentas a los que deberían haber defendido lo nuestro, el estado debe asumir su rol, los Lewis, los Tomkins, los Benetton y los Turner, los Soros, pero también, los Tinelli, Bunge & Born, Lacroze de Fortabat, Bemberg, Blaquier, Balcarce, Larreta, Avellaneda, Duhau, Pereyra Iraola, Ballester, Pueyrredón, Bullrich, Udaondo y algunos más, deben saber que a partir de hoy no todo se puede comprar con dinero, que no estamos dispuestos a liquidar el patrimonio de nuestros hijos y nietos, deben sentir que el país ya no está de remate y que venimos por lo nuestro.

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